EDITORIAL | Autor: Redacción | 24-09-2014
Soy escocés, y lo tomo sin soda, porque así pega más
El No y la manipulación mediática
El viernes pasado fue un día de desencanto y tristeza para el 45% de los votantes, que vieron esfumados sus sueños de una Escocia independiente. Pero la desilusión y la rabia tenían también otros destinatarios. “Hemos dejado pasar una hermosa oportunidad” contaba entre lágrimas una mujer al confirmarse el triunfo del NO, “pero siento una enorme indignación por el papel de la BBC durante estas semanas. Indignación y vergüenza”. Entonces la culpa pasaba de manos, de lugar. Los ingleses seguirán mandando en el pago chico de las islas y en la sutil influencia del mundo. Los escoceses irán, como siempre, detrás.
Los cuestionamientos a la cadena no son solo el resultado de la frustración por el revés electoral. Durante los últimos meses de la campaña distintos sectores han expresado su disconformidad con el tratamiento parcial del medio. John Robertson, profesor de la Universidad de West of Scotand, publicó un artículo académico a comienzos de año mostrando mediante estadísticas el favoritismo de la BBC para con la postura de Better Together (Mejor Juntos). “El uso de dudosa evidencia y fuentes, las duras entrevistas a los defensores del SÍ, las pasivas preguntas a los partidarios del NO y la demonización del Ministro Primero, Alex Salmond ” fueron algunas de sus observaciones finales.
Los principales líderes del SNP (Partido Nacional Escocés) se hicieron eco de este reclamo. “La cobertura del referendum por parte de la BBC fue tendenciosa”, dijo el Primer Ministro de Escocia y líder del partido, Alex Salmond. “Ellos no se dan cuenta de que son tendenciosos. Es la inconsciencia de esa actitud lo más extraordinario de todo”
Las críticas apuntan también a que fue una cobertura que se basó en la promoción de declaraciones alarmistas en el caso de una eventual independencia, en la edición malintencionada de discursos de políticos que postulaban el SÍ y en la irregularidad en las imágenes que reflejaban apoyo a uno u otro sector: “Las notas comenzaban muy frecuentemente con malas noticias para el SÍ, mostrando densas repeticiones de ese tipo de mensajes por varias horas”, concluye Robertson en su análisis.