EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 22-10-2014
No habrá más penas ni olvido
El nuevo código polÃtico es una parodia, como la pelÃcula del gordo Soriano
No habrá más penas ni olvido es la segunda novela del escritor y periodista argentino Osvaldo Soriano, publicada en 1978. El tÃtulo proviene de un famoso tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, Mi Buenos Aires querido: "Mi Buenos Aires querido/cuando yo te vuelva a ver/no habrá más penas ni olvido". No sólo el mentado Código Procesal, que en cierta forma se parece al argumento absurdo del libro del gran escritor, sino el conjunto infinito de pautas de comportamiento que hacen al código de vida de nuestra clase polÃtica, parecen salidos de un relato, tal vez superado, de "La hora sin sombra".
La novela relata la lucha interna en la localidad de Colonia Vela entre peronistas de izquierda y peronistas de derecha. A grandes trazos, es una reflexión sobre éste movimiento político durante aquellos turbulentos años.
A pesar de su demorada fecha de publicación, esta novela no fue escrita -como se afirma- en Bélgica, donde Soriano se exilió en 1976 al comenzar la Última dictadura cívico-militar), sino que fue escrita en el año 1974 mientras estaba aún en el país, concretamente en la ciudad de Capitán Sarmiento.
A causa del nivel crítico que esta obra poseía respecto de los sucesos que acontecían por esa época en Argentina, no hubo editor que quisiera publicarla, y es por eso que recién en 1978 se da a luz su primera versión, la cual es traducida a varios idiomas, y recién en 1983 es publicada en el país de origen del escritor.
Ignacio Fuentes delgado de un pueblito de Buenos aires llamado Colonia Vela y su amigo y compañero de trabajo Mateo eran victimas de una conspiración. Acusados injustamente de ser comunistas en una época que esto podía llegar a ser mortal planeaban sacarlos del gobierno.
Ignacio se negaba a irse tan fácil y decidió dar resistencia. Por esto agarro armas se encerró en la municipalidad y junto a un pequeño grupo compuesto de el placero Moyano, Mateo, Juan Ugarte un hombre que por andar borracho era obligado a limpiar los calabozos y la comisaría, García un agente al cual Ignacio había ascendido a Cabo con tal de que lo ayudase y el agente Comini el cual había sido obligado a entrar estaban decididos a pelear hasta el final.
El libro, que esta semana está publicado en una edición económica por el diario La Nación, tiene un final trágico y absurdo. Si miramos a nuestro alrededor veremos muchos absurdos que devienen en tragedia. El código de esta época, el procesal también, marcan el ritmo de lo que parece ser otra vuelta circular en la historia, hostorieta, argentina.