EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 16-12-2014
Ganar, ascender y saquear...
Todo por el mismo precio
Aldosivi es de primera. Sus hinchas, o muchos de ellos, son de cuarta. Ladrones, borrachos y saqueadores, supieron mostrar todas las miserias humanas, el dÃa de mayor gloria de la institución. Los periodistas, o unos cuantos, reducen el tema al decir "los vándalos de siempre", sólo que esta vez sabemos quiénes son. La familia del puerto se conoce toda, entre sÃ, y cada uno de los hinchas que ayer festejaban saben quién o quiénes saquearon: pero hay códigos, o sea, complicidad.
La "Pesada del Puerto", así se llama la hinchada, son personas, no entes. Son alumnos de la Escuela Técnica del Puerto, trapitos de 12 de Octubre y Martínez de Hoz, o de Edison y Juan B. Justo. Son peones del pescado, desocupados, fileteros, changarines y cooperativistas. Son empresarios de la pesca, camioneros, fleteros, fresqueros. Entre ellos hay ladrones y saqueadores. Cada uno se va a molestar con estas palabras, pero cada hincha que toleró que el de al lado robe, es cómplice de aquella vergüenza.
Aldosivi ganó y subió a primera. Sus hinchas demostraron tener aguante. Sus hinchas (los otros) demostraron ser ladrones. Unos y otros van a los mismos escalones de la popular del Minella y caminan las mismas calles. Hoy somos todos un poco los agredidos por esta horda de bárbaros. La kiosquera de diarios que le vaciaron el puesto, el comerciante que le rompieron las vidrieras y le llevaron la mercadería, no sólo el vino. Los dirigentes, los vecinos de bien del puerto, otra vez en el medio de la desazón, piensan que la policía no previno lo que iba a suceder; hasta es posible que tengan razón. Lo cierto es que los cientos de ladrones hoy están disfrutando de su miseria humana y cobarde tropelía, disfrazada de verde y amarillo. Los jugadores se ponen el caset para hablar. Los dirigentes y los periodistas, también.
"Aldosivi, porro y vino", como rezan los carteles pintados en paredes del puerto, o de Villa Lourdes. "El Puerto, mi barrio", dice otro de los grafitis. Todo coexiste, como en la sociedad misma, de forma caótica y simultánea.
Resta la "Fiesta de Recepción" a los jugadores que lograron el ascenso. Resta un partido cada catorce días en Mar del Plata, con esta banda de sátrapas cobijados por los otros, los honestos, pero que no se meten.
Así las cosas, y desde ese punto de vista, es muy poco lo que hay para festejar.