EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 15-01-2015
Si esto prospera, se viene la debacle polÃtica
Razones parece haber
Si esto prospera, si realmente es asÃ, el año electoral cambiarÃa radicalmente. No se registran antecedentes de procesamiento de un presidente en ejercicio por encubrir tamaño asesinato de personas, como fue el ataque que provocó la muerte de 89 seres humanos, en su mayorÃa argentinos, aquel 18 de julio de 1994. El fiscal a cargo de la investigación de la causa AMIA, Alberto Nisman, reclamó que la presidenta Cristina Kirchner y su canciller, Héctor Timerman, sean indagados por la Justicia bajo la acusación de querer encubrir a Irán por el atentado a la AMIA y "fabricar la inocencia" de los ex funcionarios iranÃes involucrados en el ataque.
La denuncia, de 300 páginas, es durísima. El fiscal difundió una síntesis para no revelar los nombres de los agentes acusados. Pero incluye escuchas telefónicas que revelan que la Presidenta hablaba con un agente de la ex SIDE de su confianza o con "el Cuervo" Larroque y que éstos ponían en conocimiento de D'Elía o Esteche esas órdenes. Y D'Elía las comunicaba al supuesto agente iraní Alejandro Yussuf Khalil, que llamaba por teléfono a Irán a Mohsen Rabbani, uno de los prófugos del ataque.
Nisman sostiene que Cristina Kirchner negoció levantar las acusaciones contra Teherán para poder comprarle petróleo barato a cambio de granos y para eso acordó montar una pista falsa en la que se acusara a grupos "fachos locales", de modo de fabricar la inocencia de Irán. Incluso se habló de que Irán comprara armas. En la denuncia, se señala que "la confabulación criminal fue decidida por Cristina Kirchner y puesta en funcionamiento por Timerman".
Creo que aún no nos hemos formado verdadera idea de lo que esto significa. Un presidente casi cómplice, por encubrimiento, nos remite a masacres como las de las Fosas Adreatinas, y peores, claro. Lo que técnicamente también se conoce, según la terminología nazi, como solución final, en alemán, Endlösung, tendría su continuidad atemporal en Argentina, al amparo de jefes de gobierno, Menem primero, De La Rua, Duhalde y ahora Cristina, que miraron para el costado.
El tiempo, muy cercano, lo dirá. Esto es un tiro por elevación para un gobierno que se parece a un barril de pólvora, aunque la comparación tampoco sea muy feliz por el recuerdo negro que nos trae a los argentinos con otro ex presidente, ya procesado, por ese tema. Que la investigación siga y que se clarifique cuanto antes.