EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 26-01-2015
Muerte dudosa
Y todo sigue
A una semana de la muerte de Nisman, la carátula de la causa es "Muerte dudosa". Las hipótesis que se manejan y las dudas que persisten, nos indican a las claras que el hecho no se va a esclarecer rápidamente (tal vez nunca) y que lo necrológico de la historia argentina tendrá su continuidad en la figura de este fiscal. Desde la Muerte poco clara de Mariano Moreno, a principios del siglo XIX, cuando aún no éramos más que una revolución insipiente, pasando por el suicidio de Leandro Alem, aquel asesinato en el Senado de la Nación, la muerte nos guÃa, nos condiciona, nos atraviesa. Es un absurdo que vincula el poder con la desaparición, en condiciones poco claras, de los opositores: sea cual sea el color polÃtico de quien detenta el poder, nuestros opositores desaparecen. Dejan o no dejan su cuerpo presente, poco importa lo demás.
En la mañana de hoy, los medios nacionales que no le son favorables al gobierno, hablan de las cinco contradicciones más serias que hay en la nvesitgación.
1- El departamento del piso 13 de las torres Le Parc, en Puerto Madero. Los papeles de trabajo sobre la mesa, la nota a la empleada doméstica y la ausencia de rastros de rituales típicos previos a un suicidio pusieron en duda la primera hipótesis oficial. La fiscal sostiene que no se infiere participación de terceras personas. Hay un pasadizo de servicio que comunica su departamento con el de un vecino a través de puertas ubicadas en las cocinas de cada uno. En ese pasadizo hallaron una huella digital y una pisada reciente. Se confirmó que hubo personal de servicio técnico del aire acondicionado.
2- El baño. Resulta raro para los expertos el lugar donde se encontró el cuerpo. Lo habitual es que el suicida se quita la vida en su lugar de trabajo o descanso. La cabeza estaba contra la puerta del baño.
3- El cuerpo. Habría sido entregado para la autopsia totalmente desnudo, cubierto de sangre en la parte delantera y en la espalda. No tendría lesiones traumáticas.
4- El disparo. El orificio de bala demostraría que el disparo se habría hecho a una distancia no mayor a un centímetro, según confirmó ayer la fiscal. La bala atravesó la masa encefálica y se alojó en el cráneo. Causó la muerte de manera instantánea. Encontraron la pistola, una Bersa Thunder calibre 22, debajo de su cabeza.
5- Pericia del disparo. Las muestras extraídas fueron analizadas con el Sistema de Barrido Electrónico. No se encontraron restos de pólvora en la mano derecha de Nisman. Se está haciendo una nueva pericia para saber si el arma con que se ejecutó el disparo deja residuos. A pesar de ser una pistola de calibre pequeño, cada vez que se dispara se producen gases y residuos de pólvora que se dispersan por la boca del cañón y las hendijas del arma. Sin embargo, hay diferencias entre los especialistas respecto de si esos residuos quedan depositados en la mano de quien dispara.
Para los que no tenemos la suerte de contar con más información que la publicada, las dudas pasan a ser certezas. Ninguno de los que tratan de limpiar al gobierno en este presunto asesinato político, ni aquellos que niegan toda posibilidad de suicidio, una vez más, dicen la verdad. Ocultan rastros, resaltan pistas. Todo sea por una línea más de vigencia, en un texto infinto, que se parece más a una parodia que a una crónica.