EDITORIAL | Autor: Redacción | 27-01-2015
La teorÃa del pollo al spiedo
Todo vuelve
Cristina explicando lo de Nisman, Scioli diciendo que con él las cosas van a ser más serias (o algo asÃ). Vilma que quiere volver al lugar de donde nunca se debió haber corrido, ser concejal y ocuparse de los barrios. Insaurralde que quiere ser el gobernador de Massa en la Provincia cuando fue su rival en nombre de Cristina, hace unos meses. Todos vuelven, todos giran, quemados y cocinados, una vueltita más. Falta que Duhalde quiera ser candidato a presidente de nuevo para que la sociedad entera cante "bingo".
El pollo al spiedo, o espiedo, es una metáfora que se utilizó para Alfonsín, allá por los finales de los 80. Se decía que parecía un pollo al spiedo porque estaba "quemado hasta el culo y seguía dando vueltas". 25 años después nuestros políticos, en todos los órdenes, nuestros políticos se ríen de la metáfora, la reutilizan. El que se vayan todos del 2002 no consiguió nada. Volvieron, y de la peor manera.
Una hora de cadena oficial para explicar lo inexplicable, infinitos minutos de los demás para construir lo irreparable. Una sociedad harta que muestra síntomas de apatía. El 2015, sin duda, va a ser un año histórico. Falta poco para que comience la acción, en serio, mientras nos miramos los unos a los otros sin saber qué hacer. Y la espada sigue girando, con el pollo ensartado, mientras que casi nos indigestamos con él.