La deuda interna, 41 años después

Hace 41 años, Mar del Plata festejaba su centenario. Una inmensa torta, con un alfajor gigante en su parte superior, arrancó en procesión desde Las Heras y Juan B. Justo, hasta el centro, en donde Luis N. Fabrizio, por entonces intendente, le dio el corte inicial, para convidar luego a todos. Era una época más naif, con menos gente, con menos tecnología, con menos problemas cotidianos. Yo, como tantos marplatenses, estuvimos ahí, en primera persona. Sin ser un nostálgico depresivo, confieso que aquella ciudad, aún con todas las carencias que las gestiones venideras fueron subsanando, me gustaba más que esta. Motivos y argumentos para explicarlo sobran. Uste, querido OPINAUTA, seguro va a coincidir conmigo, si lo medita un par de minutos. Aspire nostalgia, cierre los ojos, y recuerde aquel 10 de febrero de 1974.