EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 14-02-2015
Y ValentÃn está lacrado
AsÃ
Poetas, filósofos, teólogos y pensadores de toda Ãndole han reflexionado sobre el significado del amor, que hospeda en su interior una gran cantidad de significados. El concepto de amor ha ido evolucionando a través de los siglos dejándonos multitud de frases memorables. Lo cierto, es que los sentidos han perdido protagonismo con la realidad virtual, o en todo caso, se han re formulado.
La nueva forma de amor, tiene nuevo aspecto y significado. Apunta a la aproximación de dos enteros, y no a la unión de dos mitades. Las relaciones afectivas están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto del amor; de modo que lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos, y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar.
El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos pero ocurre que muchas veces, hasta un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado más a la mujer hizo que ella abandonara sus características, para amalgamarse al proyecto masculino.
La palabra de orden de este siglo es asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente. Así, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Ellas están comenzando a darse cuenta que se sienten parte, pero son enteras. El otro, con el cual se establece un vínculo, también se siente una parte, pero es solamente un compañero de viaje.
Si del amor como conceto general se trata, amar la profesión que uno ejerce, amar su trabajo, amar al prójimo, son principios rectores de los actos humanos, aunque a menudo los olvidamos. Este San Valentín de hoy nos representa de una forma distinta al que históricamente se iconizó en los Estados Unidos. El amor, como el vino, en todo caso, será mejor si tiene un tiempo de guarda, si se lo cuida a temperatura, luz y humedad adecuada. Y, por último, tendrá un período de plena vitalidad, de fuerza, de vigor. Luego le tocará el reposo, e incluso, como le sucede hasta la mejor botella de la mejor cosecha, alguna vez se pondrá agrio. Vivamos, bebamos y disfrutemos con moderación. San Valentín, hoy también, tiene algo para enseñarnos.