EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-02-2015
La liturgia K
y el extermismo ideológico...
Ayer, en Casa de Gobierno, juró el nuevo gabinete de Cristina. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomó juramento a Aníbal Fernández como el nuevo jefe de Gabinete, en reemplazo de Jorge Capitanich; al diputado Eduardo “Wado” de Pedro como secretario General de la Presidencia, y a Daniel Gollán como ministro de Salud, en lugar del saliente Juan Manzur. Estaba toda la fauna reunida, las viejas con el pañuelo blanco, que saben que les queda poco hilo para tirar del carretel, los amigotes oficialistas y la mar en coche. El montaje de un circo que, de no mediar un autogolpe, como dice la rellenita Carrió, se tiene que "tomar las de Villadiego en un par de meses y buscarse la vida con un trabajo, porque lo que hicieron estos años, seguramente no lo fue.
El primero en prestar juramento fue Aníbal Fernández, quien ocupará la jefatura de Gabinete en reemplazo de Jorge Capitanich. A su vez, Daniel Gollán, quien se desempeñaba como secretario de de Salud Comunitaria, prestó juramento como ministro de Salud reemplazando a Juan Manzur.
En tanto, De Pedro juró como nuevo secretario general de la Presidencia, cargo que ocupaba hasta el momento Aníbal Fernández.
Durante el acto, la Presidenta rompió el protocolo, que no prevé discursos durante el nombramiento de funcionarios, para despedir y agradecer a los funcionarios salientes por haber formado parte del gabinete “en momentos difíciles del Gobierno”. La gilada celebraba las palabras militantes de la "Cristina Eterna", mientras prodigaba elogios a "El" y todo ese carnaval político al que nos tiene acostumbrado. La liturgia K y su relato oficial agonizan. Pero como esto es Argentina, uno nunca sabe ¿vio?