EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 09-05-2015
Mar del Plata, tierra de psicópatas
No es una cuestión de género
Cuando quieras saber que tan mala puede ser una persona, será cuestión de darle un poquito de poder. Aunque sea efÃmero. Ni siquiera se trata de una cuestión de género. Las mujeres gestionando el poder han demostrado ser tan tiranas como los hombres. No existe diferencia en ello. En esta ciudad pude observar que, como tanto hombres como mujeres, suelen adoptar conductas psicópatas cuando tienen el sartén por el mango, y el mango también.
Hay una frase que dice: “No son todos los que están, ni están todos los que son”. Se refiere a que ni todos los que están en un hospital psiquiátrico son locos, ni todos los locos que existen están encerrados. Psicópatas hay en todas partes: manejando un transporte público, administrando una empresa o gobernando un país. Allí, donde menos se los espera puede haber alguien que padece una psicopatía: un trastorno antisocial de la personalidad. Claro que esto no implica necesariamente que esas personas sean malas, simplemente que no sienten empatía por el prójimo ni remordimiento por sus actos, con todo lo que esto significa. Viven bajo sus propias reglas, y solo sienten culpa cuando rompen con su código.
Para los psicópatas las personas son cosas, objetos que sirven para satisfacer sus propios intereses. Si su programación no implica lastimar al otro, no lo harán. Y podrán vivir en comunidad porque comprenden los códigos sociales. Se adaptan. Lo terrible sucede cuando no pueden evitar hacer daño. Pero la mayoría no comente delitos, aunque no tienen reparos en mentir, manipular o lastimar para conseguir lo que tienen en mente.
Cuando sí delinquen, desde un punto de vista penal, como conscientes de sus actos, son imputables. Pero a diferencia de un reo normal, no existe posibilidad de corregir su conducta por lo que la rehabilitación se basa en fomentar una forma de vida que les reporte beneficios y evite penas.
Los (as) psicópatas suelen hablar como en un espejo. Dicen de los demás lo que son ellos. Un estudio de alta seriedad y credibilidad revela que entre los políticos hay un alto porcentaje de personas con conductas psicopáticas. Cada uno de los lectores, de seguro, puede referir un caso.
Lo que cada uno de nosotros podrá hacer, en caso de no ser un psicópata, es alejarse de esta personalidades y, de ser posible, evitar votarlos en las PASO de Agosto y las generales de Octubre. El problema parece ser detectarlos a tiempo.