EDITORIAL | Autor: Colaboración de Andrés Salgado | 17-06-2015
¿Y a este qué le pasa?
Duros...¿duros?
El periodismo militante, veleta y decadente, de una ciudad que está acostumbrada a invitar a cenar a los comunicadores sociales para adoctrinarlos en los revelaciones supremas del poder, pronuncia muchas veces el "este". El periodista serio tiene bigote, usa adjetivos altisonantes, trata de tener una jovenzuela al lado y vive la la pauta oficial o no oficial: vale decir, cobra por lo que dice y por lo que calla (más por lo que calla).
"Entonces a mí, que no me conoce nadie, no me invitan a la cena" nos decía a regañadientes uno de los comunicadores "no adoctrinados" del oficialismo. "Este otro no va porque si no es la estrellita de la cena no asoma la nariz... se recluye en su casita de campo", nos decía otro periodista. El "Smithers" del poder local (en nuestro país Waylon Smithers Jr y en algunos episodios Cástulo Smithers o Acacio Smithers, el personaje que hace de asistente personal del Sr.Burns) decidió entre gallos y media noche qué periodistas se iban a sentar cerquita del jefe. La consigna era que no fueran muy vivos (por el tema del serrucho, vio) ni muy combativos: o sea, lo "saludablemente adoctrinados" con el discurso.
El intendente es un gerente, se escuchaba en la cena, con poco márgen de maniobra. Alinearse al patrón es fundamental si quiere que le lleguen fondos. El cómo maneja los fondos ya es un tema particular y si en el camino se resbala algo es una contingencia.
Como sea, los comensales del bigote rígido engulleron de garrón, hicieron sus crónicas apócrifas y llenaron centímetros de prosa, o bytes, según fuera el soporte. Hablando de soporte, el que no soporta mucho es el ciudadano marplatense, que se está comenzando a avivar del juego.
Shhhh, estamos en el aire...esteeee.....