EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-04-2013
¿Y a mà que me importa?
Es asà no mas?
Fue una tarde en que fui al campo, vi a un chancho y me asusté. O una mañana en la que fui a la esquina, compré harina e hice una torta. Las excusas mandan en el orden de los actos del ser humano. Este fin de semana las noticias parecen no anteceder a las excusas. Directamente podrÃamos poner una lista de excusas en el excusario (en lugar del glosario). Luego, un banco de imágenes más o menos actual. Finalmente un sincerebro que corte y pegue. Eso serÃa el sumum de la imagen periodÃstica local y nacional.
1. Los otros tampoco lo hacían
Cuando se exige al actual gobierno la adopción de alguna medida (por ejemplo, transparentar las finanzas públicas divulgando los datos vía on-line), siempre es conveniente recordar que las administraciones anteriores tampoco lo hacían. Pero “mal de muchos, consuelo de tontos”.
2. La culpa es del neoliberalismo
Antes de que Dios creara a la versión de Adán y Eva latinoamericanos, Argentina vivió sumida en la oscuridad, durante 500 años de siniestro neoliberalismo. Esta línea resume la distorsionada visión histórica oficial, que omite la realidad de que durante los más de 180 años de vida republicana el país vivió bajo gobiernos de los más distintos signos ideológicos, incluyendo varios de clara inclinación estatista o colectivista, conociendo recién en años muy recientes algunas experiencias semi-liberales.
3. Los cambios son un proceso
En solo cuatro años no podemos reparar las injusticias históricas de varios siglos. Los cambios son un proceso y hay que tener paciencia para ver los resultados. El problema es que, como decía John Maynard Keynes, “a largo plazo todos estaremos muertos”.
4. Nos están saboteando
Los problemas no nacen de nuestra gestión, sino de la mano negra de nuestros malvados enemigos. Antes era la derecha “racista y separatista”, ahora es la Corpo, el grupo mafioso o Magneto
5. No es asunto del gobierno
Por último, siempre queda el recurso de encogerse de hombros y decir que tal o cual asunto no es problema que incumba al Estado. Podrá ser un conflicto limítrofe entre departamentos o la propagación de incendios forestales, podrá ser la inseguridad, los basurales a cielo abierto, los desarmaderos, los pluviales o el emisario submarino. Hay que sonreír de manera pícara y preguntar: ¿Y yo qué culpa tengo?
Pipo Pescador, el alegre trovador argentino-hispano, reiría de buena gana mientras piensa en la estrofa del tema “vamos de paseo…”