Una Argentina de Maravilla

Como siempre

El dólar de maravilla. El gobierno gana por puntos en fallo unánime. Cuando las tarjetas de la televisión daban que Maravilla había perdido los jueces vieron otra cosa. No era de extrañar: un venezolano y un mejicano para mejicanear el resultado. No es que Murray haya hecho tanto para ser campeón. La realidad es la que lo fajó a Martínez en un par de rounds y le hizo besar el suelo dos veces.
El argentino, más rápido de cabeza que de pegada, tuvo palabras en tiempo real para explicar lo inexplicable: dijo tuve una caída, cuando habían sido dos, los argentinos me apoyaron y todo lo hice por ellos. Me lastimé la mano, bla bla uno, bla bla dos, bla bla bla tres. Faltó Fito a la cita con su bla bla bla bla bla, bla bla, llueve sobre mojado.
Durante el combate se escondió tras el árbitro como Carusso Lombardi en la pelea callejera mediática del año pasado. Alardeaba por un lado y le tocaba la gorra al poli por otro para armar bardo. Martínez se dejaba bajar los pantalones y tardaba 20 segundos por round en subírselos. Cada cosa que podía semi interpretarse por ilegal era un disparador para reclamos marquetineros, excesivos, que enfriaban a Murray y le daba oxígeno al Maravilla para llegar al milagroso gong de cada asalto.
En el once y el doce hizo un poco de fuerza, puso un desprolijo estilo y salió a impresionar incautos, incluidos árbitros y periodistas. Murray estaba sorprendido. En los bajo fondos británicos seguro se peleaba de otra forma.
Y Calle 13 decía que somos latinoamericanos. Y las Malvinas son Argentinas. Y La inflación es el 10,2 %. Y el dólar cuesta cerca de 5,20. Y Sergio Maravilla Martínez retuvo su corona por fallo unánime.