EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 09-09-2015
¡Vos también...!
Chorros comprensivos
Hoy al mediodÃa me "chorearon" cerca del villerÃo del puerto, en las calles Bermejo y Magallanes. Me rompieron el vidrio de la camioneta, me sacaron el GPS y unos mangos de cambio que tenÃa en la guantera. Cuando me vi solo con los vidrios rotos y mi frustración, se acercaron los vecinos de la zona, algunos con traje de fileteros, y me decÃan que cómo se me habÃa ocurrido dejar la camioneta ahÃ, que siempre robaban en esa cuadra ¿Tanto nos durmieron en la década ganada como para naturalizar el delito, a 300 metros de la comisarÃa tercera? Los chorros trabajando en positivo, conocidos de los vecinos, que no los delatan porque saben a qué se exponen. Ah, me olvidaba de contar que habÃa ido al Bapro Pagos a pagar Ingresos Brutos como buen contribuyente de "La Provincia".
Claro que la odisea recién comenzó allí. Ir a hacer la denuncia a la tercera fue casi dantesco. Ir a la compañia de seguro y escuchar el sermón del liquidador, que me recordaba que hace un par de días había tenido otro siniestro, por cierto, un camión de la empresa de remolques Bianchi que se llevó por delante mi camioneta estacionada porque le falló la maniobra y la arrastró casi diez metros, fue otro complemento de la efusiva jornada.
Luego de que me emitieran la orden de cambio del cristal y que me dirijí a la empresa que presta el servicio, que está en la calle Champagnat 2850 ¿qué podía haber sucedido? Pues, que vuelva usted mañana, porque hoy no tenemos lugar ¿Cuánto tiempo lleva la reposición del vidrio? unas dos horas, pero no sabemos a qué hora lo podremos hacer, así que deje usted la camioneta mañana a las 8:00 AM y rece.
La historia personal en este caso, no difiere mucho de la que le ocurre a diario a cientos de marplatenses. Robados, ultrajados en su integridad, maltratados en la policía, que atiende a desgano, "boludeados" por las empresas de seguro, que cobran religiosamente nuestra cuota mes a mes y que no se atrasan en pagar Ingresos Brutos o ARM, por caso. La historia de la inclusión, la sociedad desigual y la falta de oportunidades que lleva a estos chorros berretas a rompernos los autos no cuela entre la sesnsibilidad de los clase media, que nos rompemos el lomo trabajando todos los días para pagar, entre otras cosas, las políticas sociales mal llevadas a cabo y los sueldos de los funcionarios que nos dan as explicaciones pueriles de por qué somos robados sistemáticamente.
Un amigo me decía - perdoname, no te pude poner un MG en tu foto de Facebook de cuando te chorearon porque no me gusta nada lo que te pasó. Otro amigo me decía que no me preocupe, que el vidrio me lo cubría el seguro.
El cuento no tiene fin, sino un epílogo de suspenso, abierto. En menos de dos meses votamos y entre todos vamos a decidir qué tipo de gobierno esperamos para el próximo lustro. En lo personal, no imagino cuatro u ocho años más del delito creciendo en estas proporciones y funcionarios haciéndose los giles explicando lo inexplicable.
Todos los que no denunciemos con vehemencia lo que sucede somos cómplices de la sociedad que tenemos. Tal vez no tengamos pauta oficial o tal vez nos manden a callar nuestros jefes de la radio, si alternativamente les conviene o no publicar un hecho delictivo. Entonces, el vecino filetero que nos dice que "´como se nos ocurrió estacionar en esa cuadra", el funcionario, el dueño de la radio que cobra por las dos ventanillas y los demás se transforman en la misma cosa, con el mismo olor. Aunque por suerte esa cosa a mi no me toca, a lo sumo, me mancha la suela del zapato ¿se entiende, querido OPINAUTA?