EDITORIAL | Autor: Lic. Mirtha Cáffaro | 27-10-2015
No te tenemos miedo
El orden como valor
El orden no es una mala palabra, no atenta contra principios ni valores. El orden no persigue, no discrimina. Pero la sociedad quedó contaminada etimológicamente y la palabra “orden” quedó asociada a plataforma de la extrema derecha, a dictadura militar.
Existen muchas formas de abordar el tema del orden.
Existe un orden en nuestro pensamiento que se traduce en palabras ordenadas que nos permiten comunicarnos. Ese orden establecido en el código lingüístico permitió el salto que hizo la humanidad en torno al conocimiento.
Pero la sociedad quedó contaminada etimológicamente y la palabra “orden” quedó asociada a plataforma de la extrema derecha, a dictadura militar. El intendente electo de Mar del Plata tuvo siempre un reconocimiento asociado al orden en su escuela, la Nº 1 de nuestra ciudad. Y esta característica podo entenderse de manera positiva y de manera negativa.
Muchos de sus seguidores tomaron esta característica como un valor y una respuesta a sus reclamos a la actual gestión municipal. Entiéndase, orden en las cuentas, orden en el nombramiento de personal en la planta municipal.
Otros tomaron esta misma característica para acusarlo de nazi, represor, representante de un viejo modelo perimido.
Pero ¿qué es el orden? Según la Real Academia española (RAE), en su primera acepción, es la colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. También alude a la buena disposición de las cosas entre sí.
Designa Regla o modo que se observa para hacer las cosas o simplemente la Serie o sucesión de las cosas.
Por eso, la utilizamos de manera cotidiana, cuando le reclamamos a un hijo que deje todo en orden.
Las maestras le enseñan a los niños a guardar todo y dejar todo en orden. Y es justamente este ejemplo que nos permitirá entender que bajo esta consigna, se pone en juego un criterio. Por ejemplo, que los chicos ordenen poniendo los juguetes de plástico en un canasto y los peluches en otro. Este criterio marca el material. Pero podrían utilizar el criterio de limpio- sucio, sano- roto.
¿Cómo entendemos el orden social o el orden político?
El orden público marca la situación de normal funcionamiento de las instituciones públicas y privadas, en la que las personas ejercen pacíficamente sus derechos y libertades.
La quiebra del orden constitucional, es cuando se rompe o se violan normas de derecho constitucional. Esto sucede cuando se produce un golpe de estado, el cierre del poder legislativo o se vulnera la seguridad jurídica dentro del poder judicial. No hay quiebra del orden constitucional cuando se sigue el procedimiento previsto en nuestra constitución para el reemplazo de los funcionarios del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Quebrar el orden constitucional es violar la constitución.
Cuando las respuestas de los individuos muestran una cierta similitud, u obedecen algunas reglas comunes resultará un orden global.
Pero no se asuste, también usamos la palabra en sentido positivo, cuando recomendamos un profesional de primer orden. Marcando la relación o respecto por su trayectoria.
Vamos a una reunión de consorcio o asamblea y seguimos un orden. Los temas a seguir en la reunión.
Hablamos de un jurisdiccional, de cada una de las ramas del derecho, civil, comercial, penal, contencioso o administrativo.
En la vida diaria libramos “cheques a la orden”, transferibles por endoso. Nos ponemos “a la orden” como fórmula de cortesía y también la usan los militares como saludo ante un superior.
Si llamamos al orden puede tener connotaciones tanto a reacciones físicas, violentas, o verbales, gritos o injurias.
Lo cierto que ya los griegos entendieron el mundo como un orden opuesto a un caos. La existencia de un dios supremo garantizaba el orden, tanto entre las divinidades como entre los humanos.
El orden no debería asustar en democracia. Las reminiscencias del orden impuesto tras los golpes de estado, sí tienen una lectura negativa. La orden impuesta sin más, sin fundamentos, sin libertad para la réplica.
El orden, en definitiva, apunta al bien común, a que los integrantes de la sociedad en su conjunto cumplan sus deberes y ejerzan sus derechos.
Todos reclamamos un mayor orden en el tránsito, el respeto por la ley, que los delincuentes vayan presos y cumplan sus sentencias. Reclamamos salarios dignos, que nos permitan acceder a salud, educación de calidad y ocio.
Ese ocio intelectual del que ya casi no se habla, ese ocio que te acerca a la lectura, la contemplación de un paisaje o simplemente disfrutar de nuestra música preferida.