EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 10-11-2015
¿Y qué puede pasar?
Suerte o culo
Se preparan para un debate que prevén tenso. Coinciden en que el encuentro de este domingo marcará el tramo final de la campaña; el candidato del kirchnerismo buscará "desenmascarar" a su rival de Cambiemos, preocupado por no cometer errores. Scioli hace rodar la taba, y la gente del campo, que por cierto no se bancan mucho a este gobierno, tiene un dicho poco ortodoxo respecto a la habilidad del paisano. El juego, consiste en tirar al aire una taba de vaca, si al caer ésta queda para arriba el lado cóncavo o cara, llamado suerte, se gana, y si cae del lado opuesto, llamado culo, se pierde. A Danielito, no lo dude, le va a caer de culo.
El juego de las tabas, juego de la taba, o simplemente, tabas o taba es el nombre que reciben distintos juegos infantiles y de azar consistentes en el lanzamiento de unos huesos (o tabas) a modo de dados. Una taba es un hueso que se encuentra en el tarso cuyo nombre científico es astrágalo. Desde la antigüedad se utilizan las tabas de algunos animales, particularmente las de las patas traseras del cordero (de unos 3x2 cm), para la práctica de diferentes juegos, varios infantiles pero otros son juegos de azar. Todos se basan en el lanzamiento de la taba a modo de dado al suelo o sobre una mesa, con la particularidad de que, a diferencia del dado, las distintas caras de la taba tiene formas diferentes y por lo tanto distinta probabilidad de salir. En algunos de esos juegos se realizaban apuestas (a veces grandes cantidades de dinero) a qué cara de la taba podía quedar a la vista (hacia arriba). El juego más simple consiste en lanzar la taba, ganando una o cuatro unidades apostadas si quedan las partes salientes del hueso hacia arriba, o perdiendo otras tantas si quedan las partes hundidas en la cara superior.
El juego de la taba fue introducido por los españoles en toda América y es muy popular en zonas rurales y ganaderas. Algunas veces, las tabas eran modificadas puliendo algunas de sus caras y añadiendo una chapa para dejar la cara más lisa y plana. Durante el siglo XX en algunas regiones o países el juego era tan popular y era tal la demanda de estos huesos que pasaron a fabricarse en plástico, resina o metal.
El juego de la taba ya se practicaba en la antigua Grecia, pero simplemente como juego de azar -por estos pagos se trataba más de habilidad que de suerte-, ya que se jugaba con cuatro pequeñas tabas de carnero o de cordero, que se utilizaban como nuestros actuales dados. Refiere Alberto Buela, que el célebre escultor Policleto, en el siglo V a. de C., realizó una de sus obras más renombradas, en honor a la astrogolizonta, es decir, la jugadora de tabas.