EDITORIAL | Autor: redacción | 21-12-2015
En el 2016 necesito uno de mil
Chicas para salir...
Asà como una vez me dijo un amigo calvo que lo único que paraba la caÃda de cabello era el suelo, podemos inferir que lo único que va a detener la inflación, en Argentina, es la estratosfera. Cien pesos de la época de Néstor, 2003 equivalen a diez pesos de la época de Cristina, que recién se fue, nos dejó fundidos, crispados y deshechos como sociedad, pero con un legado de obsecuentes prebendarios que piden su regreso, a menos de un mes de su inexorable partida del poder. Ahora, el billete de 500 va a tratar de frenar el absurdo traslado de cantidades industriales de billetes de la máxima denominación para pagar cosas elementales.
Con 2000 pesos de hoy se compra lo mismo que se adquiría con 100 pesos en 1992, cuando fue creado el "Roca". En abril de 2010, técnicos del Banco Central (BCRA) le advirtieron a la entonces presidenta de la entidad, Mercedes Marcó del Pont, que, de no crear un billete de mayor denominación que el de $ 100, la Casa de Moneda no daría abasto para producir los billetes que necesitaría la economía. En diciembre de ese año, el faltante de efectivo fue noticia en todos los medios.
Hay quienes creen que al Banco Central en cualquier momento podría volver a pasarle lo mismo. Las imprentas del Estado, de hecho, no tienen respiro. El mes pasado trabajaron más que nunca. En 30 días -del 15 de junio al 15 del mes pasado, último dato disponible- volcaron al circuito 295 millones de billetes de $ 100, la cifra más abultada en 12 años. De esta manera, el stock de billetes con la cara de Julio A. Roca y con la de Eva Perón creció 8,5% en el período, hasta sumar 3773,9 millones de billetes; sólo en diciembre de 2009 se había registrado una variación levemente superior. Así se desprende de los datos que difunde el Banco Central (BCRA) y que fueron recopilados por LN Data.
Si emitimos un billete de $ 1000, se compraría menos que con $ 100 en 1992 (y en el resto de los años 90), y que si le creemos al Indec igual se justifica tener billetes de $ 200 y de $ 500 por lo menos, así como estamos en diciembre de 2015.
El deterioro del poder adquisitivo de la moneda genera además que las personas demandan más cantidad de billetes para adquirir la misma cantidad de bienes que en el pasado. Al ritmo que viene la inflación, que no va a bajar del 30% este año, y teniendo en cuenta que el billete de mayor denominación es de bajo poder adquisitivo, está claro que en algún momento puede volver a haber problemas de disponibilidad o de necesidad de efectivo del agente económico. EL billete de 500 es algo, un parche. Pero es un signo de sinceramiento. Pronto vamos a verle la cara a nuevos próceres de en de 1000, o, quién sabe, en el de 2000.
Y entonces, el Hit setesontoso de Noche en la ciudad, sábado, tengo un billete de mil...chicas para salir... por ahí vuelva a inundar nuestras pistas de baile veraniegas.