EDITORIAL | Autor: Redacción | 30-12-2015
Antes de la Nochevieja
Lo que queda
El año nuevo viene galopando a ritmo desenfrenado. Las ilusiones que se escurren nos dejan con poco en que pensar y mucho por hacer. La Nochevieja, como es llamada en España, vÃspera de Año Nuevo o fin de año, en algunos paÃses hispanohablantes, es la última noche del año en el calendario gregoriano, comprendiendo desde 31 de diciembre hasta el 1 de enero (Año Nuevo). Desde que se cambió al calendario gregoriano en el año 1582, se suele celebrar esta festividad, aunque ha ido evolucionando en sus costumbres y supersticiones. En Mar del Plata, la noche antes de la Nochevieja nos va a tomar un tanto desprevenidos por el descenso de la temperatura y por los cambios, que "Cambiemos" mediante se están dando. En algunos casos y aunque es muy prematuro decirlo, nada ha cambiado, todavÃa.
En Argentina, el recibimiento al Año Nuevo se celebra con una cena que generalmente reúne familiares y amigos. Los platos tradicionales son el asado argentino, o platos fríos como el vitel tonné, la pavita rellena, sándwichs de miga y piononos. Como postre, el pan dulce, turrones, frutas secas, mantecol y postres helados.
A la medianoche, se brinda con sidra o champán y, sobre todo en los barrios, se suele salir a la calle a tirar pirotecnia y brindar con los vecinos. En la madrugada, después de los festejos familiares, es común que los jóvenes acudan a fiestas para celebrar el nuevo año. Las discotecas y las calles de los centros turísticos se colman de personas hasta el amanecer. Se suelen realizar fiestas en las calles, en todos los puntos del país; se cortan las mismas para el tránsito y se sacan parlantes desde las casas.
Debido a que la celebración es durante el verano austral, es una costumbre reciente de muchas familias recibir el año nuevo en centros turísticos de la costa atlántica. Mar del Plata, ya bastante llena de visitantes, nos está dando un mensaje: seamos un poco más coherentes y tolerantes entre todos. Tal vez, este 2016 sea un verdadero despegue de justicia y seguridad, para reencontrarnos con los valores de lo que fuimos y lo que anhelamos ser.