EDITORIAL | Autor: redacción | 06-04-2016
Offshore
Scioli y Macri corrÃan carreras distintas
Scioli y Macri, en el juego de la vida, quedaron envueltos por el offshore. El primero porque corrÃa en una lancha de la categorÃa fantasma Offshore 2 y el segundo porque corrÃa haciendo cuentas y generando movimientos que, bajo el amparo de las sociedades offshore, son imposibles de monitorear. Casi lo único que nos queda es creer en la palabra del ahora presidente de los argentinos, que dice que no tiene nada que ver con paraÃsos fiscales ni empresas en Panamá, a pesar de que su nombre aparece bien claro. Por cierto, al vicepresidente de Islandia no le fue tan bien. Por el mismo tema ayer no más, tuvo que dimitir.
Scioli y Macri corrían carreras distintas. Daniel lo lo hacía en una categoría fantasma, solamente conocida en Argentina, de la que era campeón mundial allá por los ochenta. Su lancha se llamaba "La Argentina" y Canal 9, cuyo propietario era el padre de Daniel, con Moltoni como comentarista (hoy convertido a super católico en un canal religioso) relataba las hazañas del hijo del dueño del canal. Mauricio, al que Maradona lo apodó "gato de parroquia", porque le daba de comer el padre, se dedicaba a ser empresario y a menudearle trozos de poder a don Franco, su padre, el dueño de casi todo. Paradojas del juego de la vida, estos chicos de universidad privada (Scioli se recibió en 2015 en la UADE y Macri en la UCA en 1984) disputaron mano a mano la presidencia de la nación en 2015. Scioli perdió por una cabeza, insignificante diferencia para quien tuvo que remar representando al gobierno más corrupto de la historia, y con saboteadores dentro de su mismo partido. Demasiada adversidad para un deportista nato.
Macri ganó, y las peores sospechas se transformaron en peores hechos. Hubo ajuste, tarifazos, despidos y pagos exagerados a los fondos buitres. La clase obrera perdió poder adquisitivo y, el engaño de los delincuentes que estuvieron en el poder desde 2003 hasta finales de 2015, se ve a la distancia como un páramo, al lado de la basura cotidiana en la que nos hallamos inmersos.
Así las cosas, Scioli nunca ganará la presidencia. Cambió el viento, las rachas de olas le son adversas. Se dedicará a esquivar juicios y vínculos con la transa por unos años. El "presidente Mauri" como lo llama la Su Giménez, se quedó con el botín y vaya que lo está gestionando. Ahora sabemos que tiene una empresa offshore en el exterior, cuyo único objeto es eludir impuestos. Mañana, tal vez, sepamos mucho más.