EDITORIAL | Autor: Redacción | 19-04-2016
Toma dos: ahora va en serio
Vicente y otro sincericidio
Vicente cometió otro sincericidio, es decir, otro suicidio político por exceso de sinceridad. Se le ocurrió declarar que ahora va en serio esto de gestionar, de armar un equipo y manejar una ciudad que tiene un presupuesto más grande que siete de las provincias argentinas. Concretamente dijo “es barajar y dar de nuevo en la gestión que uno ha conocido históricamente. Son formas de trabajo que no tiene que ver con nombres”, refiriéndose a la tarea que comenzó con funcionarios porteños.
El secretario de Gobierno Alejandro Vicente se refirió al cambio de rumbo que busca experimentar el gobierno de Carlos Arroyo tras cuatro primeros meses donde reinó la incertidumbre, los reclamos y las denuncias sobre funcionarios. Los destratos de los agentes municipales por parte de los funcionarios políticos y los cohechos cuasi delictivos en la designación de parientes (el caso emblemático de Ana María Corvetto en Educación), los procesos penales de sus funcionarios (Emiliano Giri) y las "macanas" (la referencia de Arroyo al vuelco de la camioneta y posterior ocultamiento de Guzmán en el Emvial) ponen en evidencia que este gobierno se constituyó sobre la base de un mito y la esperanza de muchos marplatenses que vieron en Arroyo un tipo recto, no lo que realmente muestra que es, un esñor mayor, egoista y sin equipo, con nula capacidad de gestión.
La llegada de funcionarios porteños para trabajar en forma coordinada con los integrantes del gabinete municipal, la designación de Gustavo Blanco como jefe de Gabinete y el ingreso de varios funcionarios al riñón del gobierno que pertenecen al PRO, son una muestra de ese cambio, obligado y presionado, que el intendente tuvo que aceptar, si pretende seguir en funciones. La reunión secreta que mantuvo con Aldrey es otra muestra de cómo el señor de fierro tuvo que agachar la cabeza.
“Hay cosas que cambian y cambian para bien por ello nosotros queremos encontrar ese cambio para mejorar”, concluyó Vicente. Pero ya nadie le cree, ni siquiera los aliados del frente Cambiemos local. Por estos días se supo, por ejemplo, que las Carreras Terciarias de Educación Municipal que fueron propiciadas por el gobierno anterior en el área de Salud y Sistemas no tendrán continuidad. Se supo que hubo desginaciones y bajas de directivos de forma irregular y asignación de horas a parientes de los funcionarios políticos. Claro que esos escándalos son menores, al lado de lo que se ve a las claras en el estado municipal del desgobierno. Pero no por actos menores dejan de ser corruptos y denotan una matriz de comportamiento autoritario y fascista.
Vicente, tal vez el "último de los moicanos", rodando la toma 2 de este gobierno de fracasados, que amenza llevarse el presigio de Gustavo Blanco, de paso, uno de los únicos tipos limpios que le quedan (quedaban) cerca a Arroyo.