EDITORIAL | Autor: red | 02-11-2016
No fue magia
Cristina, robó, no huyó pero la pescaron.
Como si se tratase de una remake de Woody Allen, nuestra ex presidente Cristina Fernandez, robó, no huyó pero la pescaron. Las pruebas son contundentes, para todos menos para Brancatelli y los fanáticos (cada vez menos) seguidores, que tienden a otorgarle un valor divino a sus actos, con los riesgos que ello trae aparejado. No es novedad que un presidente robe: Menem lo hizo con RÃo Tercero, por ejemplo, incluso fue preso, pero por esas cosas de la vida, hoy es Senador de la nación y está libre. ¿Será la suerte de la ex primera viuda pasar un tiempo "en gayola"?
Los seguidores de Cristina ven en ella, no a una ladrona, sino a una estadista de caracter sobrenatural. Otorgar demasiado control a una mano divina puede ser tranquilizante en un principio pero tiende a disminuir notablemente los esfuerzos de buscar tratamiento a una enfermedad o de tomar medidas preventivas en pos del bienestar personal y social, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan, Estados Unidos. Hombres y mujeres que dijeron creer en la sanidad divina eran más propensos a dejar que Dios decida y resuelva sobre sus problemas de salud, según la investigación dirigida por el investigador estadounidense R. David Hayward. Hombres y mujeres que son más proclives a creer "a ciegas" en la ex mandataria son más proclives a dejarse robar, incluso las ilusiones.
La cosa de robarle al pueblo parece ser menos grave si se involucra a otros. Tácitamente hablar de algo así como "los otros no son santos" es admitir que uno tampoco lo es. Nuestra misión, como ciudadanos, no es cuidar que no nos roben sino contribuir a la grandeza de la Nación. Pero si el primer ciudadano es un ladrón, de allí para abajo se pone muy dificil la continuidad de las acciones.
El legendario spot de Cristina de los entretiempos del hoy agonizante "Fútbol para Todos" decía "no fue magia". Claro que no, fue delito, puro y duro.