EDITORIAL | Autor: redacción | 13-11-2016
El periodismo rácano
Que poco dura todo en Mar del Plata
En España se suele utilizar el término "rácano" de dos formas distintas. El primero es para aquella persona que es o se muestra tacaño, miserable o mezquino. Si decimos, por ejemplo "el club en ningún momento ha sido rácano y ha dado el dinero suficiente para fichar a dos jugadores de calidad". La otra acepción es para aquel que es poco trabajador, gandul o perezoso. Al periodismo local le caben las dos, a la vez. Vagos sin talento, tacaños y miserables hacen a la "plantilla" de esqueléticos medios adeptos a las empresas que los sostienen, combativos de aquellas que no. Asà las cosas, cada dÃa nos informamos menos de lo que verdaderamente sucede porque la pelota está siempre en juego en otra parte del campo.
En España se suele utilizar el término "rácano" de dos formas distintas. El primero es para aquella persona que es o se muestra tacaño, miserable o mezquino. Si decimos, por ejemplo "el club en ningún momento ha sido rácano y ha dado el dinero suficiente para fichar a dos jugadores de calidad". La otra acepción es para aquel que es poco trabajador, gandul o perezoso. Al periodismo local le caben las dos, a la vez. Vagos sin talento, tacaños y miserables hacen a la "plantilla" de esqueléticos medios adeptos a las empresas que los sostienen, combativos de aquellas que no. Así las cosas, cada día nos informamos menos de lo que verdaderamente sucede porque la pelota está siempre en juego en otra parte del campo.
En las guerras por instalaciones de shoppings o supermercados, por ejemplo, la visión de los medios responde exclusivamente a si el dueño del mismo participa de la rosca. Si analizamos los problemas estructurales de la política, la pésima gestión de Arroyo y sus consecuencias, veremos que los medios solo difunden algo que se fabrica en una habitación de tres por tres y se difunde en las redes sociales como la verdad universal revelada. Ni que hablar del tema puerto, desempleo, armado de barcos, fileteado de pescado; la síntesis del ciencuenta por ciento de nuestro dinero circulante en la ciudad; a casi nadie le interesa seriamente. Los empresarios negrean, depredan, sobornan y ningún medio difunde. Intenciones de poner en la mesa de discusión el tema, como el reciente Foro que se lanzó en la sede del SAON Mar del Plata no tuvieron prácticamente difusión y seguimiento.
Todos los temas que quisiésemos abordar, por caso, terminan en periodistas miserables a la hora de compartir lo que saben y colaborar, cuando no vagos para investigar y sin coraje para llegar a sus razones. Generaciones nuevas han aprendido de los viejos dinosaurios acomodaticios que estuvieron y están en el centro de la escena. Para todos ellos, señores, viene una mala noticia. Desde el triunfo de Trump en la presidencia de los Estados Unidos para adelante la cosa no va a ser como antes. En nuestra ciudad, como todo lo demás, esta tendencia se va a demorar un poco. Pero es como la guadaña. Nadie se salva de ella. Y ellos, los periodistas rácanos, tampoco.