EDITORIAL | Autor: redacción | 26-12-2016
Lo bueno, lo malo, lo feo y lo atroz
Chau 2016
Termina un año tormentoso, marcado por la polarización y el mal desempeño de la economÃa. Como dice nuestro colega colombiano Juan Lozano, escribiendo para El Tiempo de Colombia, es un año que tuvo "Lo bueno, lo malo, lo feo y lo atroz". Si me acompañan adentro les detallo un poco el parecer de este medio para cada "estante" de este desvencijado mueble de 2016.
El año tuvo lo bueno, lo malo, lo feo y lo atroz. Me cuesta encontrar de lo primero, pero tampoco se trata de ser un pesimista consuetudinario.
Lo bueno
Nuestros deportistas en la cúspide del podio Del Potro como abanderado, con su medalla de Plata en Río de Janeiro y la legendaria Copa Davis, junto a Orsanic, Meyer, Delbonis. El diálogo en el Congreso, con sus más y sus menos, re instalado luego de doce años de negación de ese poder. Muy poco más queda para rescatar
Lo malo
El desbarajuste económico. En el 2016 no se cumplieron los pronósticos del Ministerio de Hacienda sino que, por el contrario, la inflación estuvo descontrolada, golpeando severamente el bolsillo de los argentinos; los déficits gemelos mantienen prendidas las alarmas, y la cifra de crecimiento económico fue deplorable, muy por debajo de las predicciones oficiales. A los manifiestos errores del Gobierno, el crecimiento burocrático y la corrupción no controlada se sumó la descolgada de los precios del petróleo y el agro que no termina de acomodarse.
La amarga polarización. El proceso de no diálogo del sector K más reaccionario, corrupto y delincuente, en un estado tibio que no termina de ponerse los pantalones largos y procesar a todos sus chorros. Comenzando por la mismísima ex presidente y su séquito de delincuentes.
Lo feo
La corrupción generalizada. El blanqueo de capitales para los parientes de los poderosos. Los no aclarados Panamá Papers y la falta de explicaciones al soberano de la realidad auténtica en la que nos hallamos sumergidos.
Lo atroz
La reforma tributaria postergada, el parche mamarracho del impuesto a las ganancias modificado. En otro orden tal vez el más importante los abusos, agresiones y crímenes contra los niños y los femicidios. Las cifras son alarmantes.
La lista, tal vez, mucho más extensa, pero parafraseando a mi colega Lozano puedo decir que “con la esperanza de que el año próximo sea mejor para todos, auguro a los amables lectores de esta columna un feliz y venturoso 2017”. Claro que hasta me cuesta escribirlo.