EDITORIAL | Autor: redacción | 29-12-2016
Reaccionarios y cavernÃcolas
¿A quién le sirven?
En estos dÃas vimos una nueva agresión al presidente. Como en Mar del Plata, en el barrio Berisario Roldán, se trató de grupos organizados que quieren desestabilizar ¿A quién le conviene un escenario turbulento? Macri, guste o no, ganó con el 52 por ciento de los votos. Un porcentaje muy superior al 23 % que obtuvo Kirchner en 2003 y con el que obtuvo la presidencia. Sólo que el 52 % que votó a Macri, o al menos una buena mayorÃa de él, no se asocia en grupetes barriales, ni cobra subsidios; mucho menos no lo suben a un colectivo naranja y lo llevan a piquetear al Congreso o a La Rosada, de lunes a viernes en horario laboral. Claro que si miramos ese panorama habitual de CABA y de las grandes ciudades del paÃs, Mar del Plata incluida, vemos que tanto Macri como Cambiemos no cumplió la promesa de despejar las calles de indeseables.
En estos días vimos una nueva agresión al presidente. Como en Mar del Plata, en el barrio Berisario Roldán, se trató de grupos organizados que quieren desestabilizar ¿A quién le conviene un escenario turbulento? Macri, guste o no, ganó con el 52 por ciento de los votos. Un porcentaje muy superior al 23 % que obtuvo Kirchner en 2003 y con el que obtuvo la presidencia. Sólo que el 52 % que votó a Macri, o al menos una buena mayoría de él, no se asocia en grupetes barriales, ni cobra subsidios; mucho menos no lo suben a un colectivo naranja y lo llevan a piquetear al Congreso o a La Rosada, de lunes a viernes en horario laboral. Claro que si miramos ese panorama habitual de CABA y de las grandes ciudades del país, Mar del Plata incluida, vemos que tanto Macri como Cambiemos no cumplió la promesa de despejar las calles de indeseables.
Por si esto fuera poco, sobre 2016 aparecieron los Talibán de Macri. Son como los Brancatelli de Cristina, pero para el otro lado. Esto, que siembra más confusión aún, no termina por despejar la cabeza del electorado independiente, que formó aquel mítico 52 % que consagró a Macri, pero que no sucumbe ante todos los macristas, ni los del PRO ni, mucho menos, los tilingos que gobiernan nuestro país actualmente.
2017 trae consigo una oportunidad de comenzar a encaminar las cosas. Cuando la última campanada de 2016 suene, estaremos ante la calle desierta de un año en donde podremos ser todo, o más de lo mismo. Salud.