EDITORIAL | Autor: redacción | 29-01-2017
Bigote corto-bigote largo
Radagast - Argentina
Nuestra diatriba nacional se parece al gag del famoso y multifacético Radagast, Ãdolo de los jóvenes, que entre su inocencia y picardÃa, juega con todos en un entretenimiento de roles y caras que no termina en nada. Los argentinos, que nos venimos hamacando entre militares, radicales, peronistas y derechistas varios, parecemos no encontrar el futuro y la identidad como nación, toda vez que la música sigue, o para, pero la rosca no se desarma. El baile de la silla favorece a los amigos del poder, ahora y siempre, solo que una buena parte del electorado que optó por Macri en el balotage de 2015 lo hizo en la esperanza de desarticular a los forajidos de la década anterior. Cambian las caras pero no las prácticas corruptas en la gestión de los destinos de la patria.
El argentino polifacético Agustín Aristaran no es ya una promesa de la magia, sino un mago con fama y "standapero" que ahora se llama Radagast. Nunca había estado en Europa y el festival de magia de Vitoria fue su entrada por la puerta grande y no podía ser mejor que en el País Vasco, de donde provenían sus antepasados. En uno de sus actos, juega con el bigote y su longitud y para los que somos más grandes en edad, es casi imposible no asociar esa parodia al ser nacional. Vamos y venimos, somos y dejamos de ser. Humanos y fachos, derechistas de izquierda o zurdos capitalistas.
Argentina se derrite en la hoguera de la mediocridad y la corrupción mientras el sálvese quien pueda queda cada vez más cerca de ser el hashtag nacional. En un año electoral que va a quedar marcado como el comienzo de la destrucción de la industria nacional, la vuelta a los modelos conservadores que nos llevaron al fracaso y la contratación de obras públicas para los amigos, tal vez consignemos, en un par de meses, que tenemos una secreta pasión por el suicidio colectivo. Votamos a quien más daños no hace y permitimos que los ganadores se coman nuestros órganos, junto con las ilusiones mientras discutimos o celebramos el "bigote corto - bigote largo"