¿Y dónde está la policía?

Ausente sin aviso

Durante el fin de semana extra largo, la presencia de la policía en las carreteras fue sólo testimonial. O, tal vez lo más alarmante, fue colaborativa de los peajes. Racionalizó los embotellamientos para que los autos llegaran sin demasiada cola a las casillas de cobro: por caso, desde el Riachuelo hasta Samborombón, el sábado, se tardaba una media de 3 horas; sí, tres horas para hacer unos ochenta kilómetros, pero al llegar al peaje el tráfico era fluido de modo de que la casilla no tuviese la necesidad de levantar las barreras ¿Casualidad? Luego, la ruta se transformaba en vía de cuatro carriles, mano a Mar del Plata, en lugar de dos. Los inconscientes conductores (una gran mayoría) invadían la banquina y el pasto buscando colarse al resto. En todo el trayecto no había ni una moto policía vial para disuadirlos de tales maniobras. Con una fuerza de seguridad "dibujada", cobrando horas extras y haciendo como si vigilase, en el combo letal de ausencia de sanciones económicas y penales a los infractores, se dio la módica suma de decenas de muertos en carretera, totalmente evitables en la mayoría inmensa de los casos. Para pensarlo.