EDITORIAL | Autor: redacción | 24-03-2017
Es un soplo la vida
El golpe, los 41 años después
El gobierno dominante de su momento, violento e inoperante como pocos, pero de origen democrático, fue depuesto por otro gobierno, mucho más violento, incluso inoperante, pero de origen militar. Entonces, el paÃs debió soportar siete años y monedas de un gobierno de facto, cruel e inútil, que terminó sus dÃas de gloria con el desaguisado de la invasión a Malvinas y sus terribles consecuencias. Casi 30 años después de aquel golpe, un gobierno democrático que ganó con muy poco consenso popular (apenas el 20 por ciento) hizo del reclamo retroactivo de los derechos humanos, casi un slogan publicitario. Le asignó fondos que fueron malversados, bancó canales de televisión y se dedicó a mirar por el retrovisor nuestro destino, en lugar de mirar para adelante. Hasta aquà la crónica frÃa y casi objetiva (si es que la objetividad existe).
Casi 30 años después de aquel golpe, un gobierno democrático que ganó con muy poco consenso popular (apenas el 20 por ciento) hizo del reclamo retroactivo de los derechos humanos, casi un slogan publicitario. Le asignó fondos que fueron malversados, bancó canales de televisión y se dedicó a mirar por el retrovisor nuestro destino, en lugar de mirar para adelante. En la actualidad, a casi dos años de haber corrido, por medios democráticos, a aquella sarta de ladrones que malinterpretaron la historia a su favor, no conseguimos poner en su justo lugar a los desaparecidos, de los cuales discutimos el número y no el hecho atroz, así como a sus parientes, el dinero que han recibido por encima y por debajo de la mesa, y la participación cruel de militares que todavía, ya ancianos, no recibieron su justo castigo, mientras que otros cargaron con culpas en abstracto. Los argentinos somos adictos a volver al pasado, y ese tal vez sea nuestro principal sello que nos impide proyectarnos a un futuro mejor, debiendo soportar corruptos que nos digan en el discurso de apertura del congreso que "los docentes trabajan cuatro horas y tienen noventa días de vacaciones", por ejemplo, como lo hizo Cristina o ignorantes que declaren que los alumnos "tienen que caer en la educación pública" como lo hizo Macri. E incluso viejas delincuentes, que a 40 años de no saber donde están sus hijos vendan el dolor por un espacio político.