Sopla un viento de recuerdos

Dos de abril, a treinta y cinco años

Llamar héroes a los que cayeron en Malvinas, defendiendo a nuestra patria, más allá de quien nos gobernaba, es algo que apenas reconoce una ínfima parte de lo que los argentinos de bien, contemporáneos, sentimos. La vida, lo único que tenemos y que nos pertenece, ofrecida como tributo a una nación que durante años los ninguneó, y los escondió detrás del paredón de lo políticamente correcto, es algo que no tiene precio. Pero el país, desde aquella contienda, se olvidó también de aquellos soldados que volvieron, aquellos que se movilizaron y no llegaron a combatir, y a todo un pueblo que, sabiendo lo ilegítimo del gobierno militar de aquellos años, igual se brindó desinteresadamente para apoyar una causa noble. 

Hoy, treinta y cinco años después, con 649 soldados muertos durante la contienda, con muchos más que esa cifra que murieron después por secuelas psicológicas de esa misma guerra, con años de gobiernos democráticos que se sacaron de encima los reclamos de los soldados, con la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, tango mediante, vaya el reconocimiento de toda la comunidad de OPINION22 para nuestros héroes. Y que Dios, cualquiera sea tu credo o raza, se apiade de nuestra mezquindad para con ellos.