EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 06-05-2017
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Eterno debate de los poderes
Por estos dÃas, la movida en torno al dos por uno de la Suprema Corte de Justicia, dio tela para cortar. Es tanta la gente que se apega a los discursos y opina sin fundamentos que obliga, nobleza obliga, a salir al cruce de las opiniones con información. Al fin y al cabo ¿En qué otro paÃs del mundo los fallos de la Suprema Corte serÃan tan opinables?¿Es lÃcito que critiquemos aquellos fallos que no nos gustan y aplaudamos aquellos que sÃ?¿Cuál es el verdadero concepto de justicia que tenemos los argentinos medio, es decir, el argentino común y corriente, cualquiera sea el voto que haya sufragado en las elecciones pasadas? La confusión es tan grande que, la mayorÃa de las veces, la marejada nos arrastra a un sinsentido de comentarios y aclaraciones. Los poderes son y deben ser independientes. La prensa, opere para donde opere, no es un poder. Simplemente es la prensa.
La postura oficial sobre el fallo de la Corte Suprema que habilita el 2x1 para los casos de Lesa Humanidad, es opinable. El Gobierno cree que el 2x1 “es un símbolo de la impunidad en la Argentina, que beneficiaba a los delincuentes por crímenes más duros y peor aún si se trata de crímenes de lesa humanidad, dijo Marcos Peña; pero desde la oposición no le creen o no quieren creerle.
Los derrotrados de 2015 ven en este fallo una oportunidad de juntar voluntades de cara a las elecciones de 2017. Los muertos, torturados y apropiados, pasan a segundo plano de uno y otro lado de la línea de fuego.
Las señoras de los "Sueños Compartidos", mientras esquivan las causas por enriquecimiento ilícito, ven en esta fallo, el resurgimiento de una agrupación que quedó manchada y atravesada por la corrupción. Los muertos hace 40 años les quedan muy lejos, a ellas también.
Así las cosas, Argentina se debate entre mirar al futuro, crecer, o seguir barriendo bajo la alfombra. Los "progres quieren volver al pasado, al de hace un par de años, y los no progres quieren volver al pasado, al de los noventa, o al de los setentipico, casi ochenta" nos dijo en off un analista político. Los muertos, desaparecidos, torturados y apropiados ilegítimamente por el estado, bien gracias, siguen pidiendo la verdadera justicia, esa que ni la Corte Suprema les puede garantizar.