El “espíritu navideño� es desde hace décadas el del capitalismo: a comprar, que se acaba el mundo. Pero, parafraseando a Facundo Cabral, en Ferrocabral, cuando decía "ella es virgen por fea y no porque sea buena", podemos decir que los argentinos nos hicimos menos capitalistas porque nos quedamos sin un mango. Así las cosas, estuvimos más recatados en navidad, es decir "rescatados por el anti consumismo" impuesto por Cris, Axel y toda la banda ¡Arde la ciudad!

El Rey Juan Carlos se hizo cargo de la mugre en Palacio y quiere ir a fondo con la corrupción, incluso con sus familiares. En Argentina todavía no ha llegado el momento de soltarle la mano a los parientes del poder, o a los amigos. El aparato de encubrimiento está intacto y la corrupción generalizada es el común denominador de esta navidad, como corolario de uno de los años más nefastos de nuestra historia.

Si algo atravesó a este año 2014, en todos sus ámbitos, fue la hipocresía. Políticos, empresarios, dirigentes, artistas, docentes, policías, jueces y auxiliares. Todos han sido, en mayor o en menor grado, hipócritas como nunca antes. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace, requiere además de formas, entre refinadas y grotescas, de acercamiento entre los seres humanos. Observar todos y cada uno de los actos de gobierno nacional, provincial y municipal es ilustrativo de lo expuesto. Lo expuesto, en todo caso, es que el fin último, el que todo lo impulsa, no es el bienestar del hombre, sino el poder de una minoría.

Cristina habló por teléfono con una pasajera del nuevo tren a Mar del Plata. La señora se llama Elba, y es una pasajera de 96 años en viaje hacia la Costa Atlántica. Mantuvo una breve conversación con la presidenta. El ministro Randazzo, que estaba en el tren, ofició de intermediario. Casi bizarro.

En diciembre de 1824 la batalla de Ayacucho significó el final de la guerra de independencia americana. Soldados de toda la América del Sur formaron ese día bajo el mando del general Sucre. La jornada de Ayacucho fue y es un símbolo clave para la región.

En los grandes medios se marcó el contraste entre demócratas y republicanos, mientras que en Florida, donde vive la influyente comunidad cubana-estadounidense, la cobertura fue más matizada.

Aldosivi es de primera. Sus hinchas, o muchos de ellos, son de cuarta. Ladrones, borrachos y saqueadores, supieron mostrar todas las miserias humanas, el día de mayor gloria de la institución. Los periodistas, o unos cuantos, reducen el tema al decir "los vándalos de siempre", sólo que esta vez sabemos quiénes son. La familia del puerto se conoce toda, entre sí, y cada uno de los hinchas que ayer festejaban saben quién o quiénes saquearon: pero hay códigos, o sea, complicidad.

La gente es un conjunto de personas, o sea un grupo o clase social en que se divide la sociedad: hay gente fina; gente de dinero; gente de mal vivir. Cuando muchos de nosotros, en el afán de sentir que influimos más sobre los demás que los demás sobre nosotros, o sea, que tenemos poder, decimos que la gente nos pide cosas en general mentimos, reducimos un caso particular a una verdad universal y allí comienza la absurda característica de nosotros, los argentinos: pensamos que la mirada del otro es determinante.

Mar del Plata no es una, sino un millón. Es un Parque de Diversiones Naranja al lado de cientos de trapitos sin dientes que custodian nuestra seguridad vial y secuestran a los derechos civiles. Le quedará a nuestras madres ir a reclamar por nosotros, dentro de unos años, los giles de la clase media que soñábamos con hacer un país mejor, con el fruto de nuestro trabajo y las ampollas de nuestro trasero.

Aunque todos sabemos que es improbable que el proceso contra Boudou empiece en lo inmediato, el caso sumará presión sobre el vicepresidente y el oficialismo en un año electoral. Así las cosas, si recordamos que Felisa Miceli acusada por "encubrimiento" en 2007 cuando se desempeñaba como ministra de Economía, fue condenada recién en 2012, podemos pensar que "la gayola" lo espera a Amado cerca del 2020. Allí será entonces, un señor un poco más mayor y no "un muchacho como yo" trovando como "arde la ciudad".