Ciencias | Autor: Redacción | 25-08-2018
Mujeres que inspiran
Katherine Johnson, la mujer que con sus cálculos ayudó a la NASA a llevar al hombre a la luna, cumple cien años. Esta matemática y fÃsica norteamericana de origen afroamericano, sigue inspirando al mundo. ha recibido un homenaje por toda su trayectoria en la NASA. En 2017 ha inaugurado un nuevo centro de investigación en Virginia que lleva su nombre.
La vida de Katherine
Katherine Johnson nació en 1918 en el estado de Virginia Occidental y era la más joven de cuatro hermanos, hijos de un leñador y una maestra. Katherine mostró un precoz talento por las matemáticas, pero el condado donde vivía no ofrecía en la época escolarización a ningún niño afroamericano más allá de los catorce años, “cortesía” de las leyes de segregación racial. Pero los padres de Katherine se preocuparon de que todos sus hijos fueran a la escuela secundaria, llevándolos a Institute, una población cercana donde sí se ofrecían estudios de secundaria a niños afroamericanos. Con apenas diez años, Katherine fue admitida en la escuela secundaria, adelantándose en nada menos que cuatro años a los estudios normales. A los catorce años entró en la universidad y en 1937, con apenas dieciocho años, obtuvo la licenciatura summa cum laude con el doble grado de matemáticas y francés, y enseguida encontró trabajo como profesora en una escuela pública para niños afroamericanos. Aunque Katherine se decidió a hacer una carrera como investigadora en matemáticas, tuvo que renunciar a la investigación y volcarse en su familia durante casi quince años. Los trabajos que le ofrecían eran siempre como enseñante. Finalmente, en 1952 le llegó la oportunidad de su vida: un familiar mencionó en una reunión familiar que el National Advisory Committee for Aeronautics (NACA), el ente predecesor de la NASA, estaba buscando matemáticas afroamericanas. En 1953, Katherine aceptó un puesto en el Laboratorio de Aeronáutica de Langley para trabajar en el Departamento de Navegación y Guiado.
Entre 1953 y 1958, Katherine trabajó como “calculadora” (computer) en la sección de Colored Computers (literalmente, calculadoras de color). Las calculadoras eran matemáticas que se ocupaban de realizar las tediosas, pero necesarias, operaciones con lápiz, papel y calculadoras mecánicas (recordemos que los ordenadores digitales brillaban entonces por su ausencia). En aquella época seguían vigentes las leyes de segregación racial y las calculadoras afroamericanas se vieron obligadas a trabajar y comer en sitios separados de sus colegas blancos, así como a usar aseos distintos. Katherine declararía muchos años después que “no sentía ninguna segregación. Sabía que estaba ahí, pero no la sentía”. Posiblemente esto se debiera a su carácter y su prodigioso conocimiento matemático, que hizo que Katherine fuese eventualmente “aceptada” como un científico (blanco) más. Esta aceptación llegó un día en que a Katherine se le solicitó ayuda del equipo masculino de investigación, compuesto exclusivamente por investigadores blancos. Su dominio de la geometría analítica era tal que hizo rápidamente aliados entre sus jefes y sus colegas, hasta tal punto que se olvidaron de enviarla de vuelta con las calculadoras de color. Katherine era además una persona muy asertiva, y pedía que la incluyeran en las reuniones importantes (donde ninguna mujer había sido aceptada antes). “Yo he hecho el trabajo que me han pedido y tengo derecho a estar presente”, comentaba cuando le preguntaban. En un mundo dominado por hombres, y además blancos, se necesitan muchas agallas para actuar de este modo. A Katherine no le faltaban.
Johnson participó en numerosos proyectos durante los treinta y tres años que estuvo en la NASA. Esta dedicación y sus contribuciones en momentos decisivos la hicieron merecedora en 2015 de la Medalla Presidencial de la Libertad de EE UU, otorgada por el entonces presidente Barack Obama. Hasta la fecha, es la única mujer de la NASA que la ha recibido. Además, en 2016 las nuevas instalaciones informáticas del Centro de Investigaciones Langley fueron bautizadas con su nombre. Este domingo, Johnson celebrará su centenario, casualmente, en el Día de la Igualdad de la Mujer en EE UU.
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