Deportes | Autor: Redacción | 05-11-2020
Nadal celebra sus 1.000 victorias
En la Era Abierta

Esta tarde en el Rolex Paris Masters, Nadal firmó otra gran jornada de trabajo logrando su victoria No. 1.000 en el ATP Tour tras batir a Feliciano López.
Centenares de jugadores alrededor del mundo conocen bien este sentimiento, dado que Rafa ha conseguido frenar sus pasos desde Alicante a Zagreb durante casi 20 años. Su innata capacidad para sufrir y resistir no es algo nuevo. Compitiendo en el Campeonato de España para menores de 14 años, el mallorquín se rompió el dedo en la primera ronda, pero logró ganar el torneo, agarrando la raqueta con apenas cuatro dedos.
Con el paso de los años Nadal resistiría muchas más lesiones - sus rodillas, muñecas, pies, espalda y tantas otras partes de su cuerpo que le han frenado en ciertos momentos - dando alas a los escépticos, voces que defendían que nunca tendría una carrera larga con un estilo de juego tan exigente a nivel físico. Es posible que ningún otro campeón de este calibre haya afrontado y finalmente silenciado tantas palabras como ha hecho Nadal.
El camino de Rafael Nadal Parera hasta las 1.000 victorias comenzó oficialmente a la edad de 15 años ganando la primera ronda del Mallorca Open ante Ramón Delgado, un paraguayo por entonces situado en el No. 81 mundial. Su victoria le reportó 15 puntos del FedEx ATP Rankings y un cheque de 5.850$.
Fue el gran inicio de un chico decidido a desarrollar una carrera profesional, aunque su madre insistiera en su deseo de que fuera a la universidad. La decisión estaba tomada cuando (supuestamente) Rafa olvidó por error sus libros de escuela en una avión y decidió que su tiempo en las aulas había terminado. Con uno 122 millones de dólares en premios y bastantes acuerdos de patrocinio después, nadie ha vuelto a cuestionar la decisión.
Un año después de su primera victoria ATP, en 2003, logró avanzar a la tercera ronda de Wimbledon y terminó la temporada a las puertas del Top 50 con apenas 17 años. Sus fornidos bíceps todavía no estaban allí, como tampoco aparecían los pantalones pirata ni las camisetas sin mangas que se convertirían en su seña de identidad durante algún tiempo. Los primeros escépticos de Nadal le etiquetarían como un especialista de tierra, incluso un escritor llegó a definirle como un “luchador beligerante y nada elegante”.
Sin embargo, cuando Nadal alcanzó cuatro finales de Wimbledon en cinco años entre 2006 y 2011 (no compitió en 2009), alzando dos títulos, sus detractores no podían sostener la teoría de que solamente rendía en polvo de ladrillo. Cuando comenzó a batir a Roger Federer con regularidad sobre hierba y pista dura, algunos miembros de la prensa y en las altas esferas del tenis reaccionaron con cierta hostilidad.
Después de todo, nunca antes se había visto una figura tan musculosa de gran carácter como la suya. GQ describió a Nadal como “una masa de músculo volando sobre arcilla… todo bíceps y pantalones”. Un redactor de Sports Illustrated comparó su ascenso en Wimbledon con el de “un matón callejero chocando con un cotillón”.
Cuando Nadal se topó con múltiples lesiones en 2012 y de nuevo entre 2014 y 2017, muchos agoreros observaron cómo su salvaje estilo de juego estaba comenzando a pasar factura y excluyeron la posibilidad de una larga carrera. Algunos de los escépticos de Nadal comenzaron a escribir su epitafio deportivo tan pronto como en 2015, cuando firmó rápidas eliminaciones en Wimbledon y en el US Open.
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